En 1923, la Madre Teresa de la Sagrada Familia, monja profesa del monasterio de San José de Ávila, fue enviada al monasterio de Segovia. Mientras era priora, la comunidad recibió la visita de la infanta doña Isabel de Borbón, quien comunicó a las hermanas la feliz noticia del fin de la guerra con Marruecos, y les pidió que rezaran para que esta paz fuera duradera. Después de este encuentro con la Infanta, la Madre dijo: “Sentí en mi corazón un gran deseo de fundar un Carmelo en África, en un contexto musulmán”.

Después de mucho sufrimiento, y no sin muchas dificultades, llegó el Breve de Roma para la fundación. La inauguración tuvo lugar el 13 de diciembre de 1934, así se fundó el monasterio de las Carmelitas Descalzas, bajo la advocación de la Sagrada Familia y Santa Teresa del Niño Jesús, en la ciudad de Tánger, Marruecos.