Un evento similar se llevó también acabo poco antes en Tel-Aviv.
El programa contaba con las siguientes ponencias:
– “La única voz de Teresa de Ávila, escritura de descendencia judía del siglo 16”, Prof. Ruth Fine.
– “Sobre la antropología cristiana”, Dr. Mercedes Rubio.
– “Sobre el proceso de edición del libro y la colección “Netivim mistiyim” “Senderos místicos”, Assaf Persia y Talia Halamish, de la editorial Jad-Keren “licorne”.
– “La traducción Ja-tira ja-penimit– Qué diferencia hay entre las facultades del alma y las fuerzas del alma”, Denis Haran Ben-Dor, traductora del libro en hebreo.
Sin duda, podemos hablar de un signo mesiánico, como ya lo ha habido muchos a lo largo de los siglos: cristianos que han traducido libros de la tradición judía al latín por ejemplo en el siglo 16.
Durante su intervención, Ruth Fine ha recordado el origen judío de santa Teresa, por parte de su abuelo paterno, Juan Sánchez de Toledo. No sabemos si él se convirtió al cristianismo, o tal vez ya pertenecía a la segunda generación. La familia hizo todo lo posible por probar su autenticidad cristiana y así poder esconder la ascendencia judía (la familia se mudó de Toledo, y tomó el apellido materno Cepeda, que suena menos judío).
Es sorprendente que santa Teresa haya escrito el Castillo Interior en solo dos meses, lo cual nos parece increíble, pero es cierto. El lenguaje de santa Teresa es muy sencillo, ella se dirige a sus hijas. Lenguaje que aún hoy nos cala profundamente.
Dra. Mercedes Rubio habló más en detalle del contenido del Castillo Interior y explicó muy bien la espiritualidad de Sta. Teresa: la unión con Dios es la meta de nuestra vida; las experiencias místicas de Sta. Teresa sobrepasan todos los límites de las religiones. Dios es un Dios personal, cercano, que se encuentra en el alma de todo ser humano.
Assaf Persia, de la editorial Jadkeren agradeció a todos los que trabajaron para que la publicación del libro en el transcurso del Quinto Centenario de su nacimiento fuera posible.
La traductora Denise Haran Ben-Dor una israelita laica (ella misma se presentó así), que nunca se había interesado por el misticismo, compartió que fue conmovida profundamente por Sta. Teresa mientras traducía el Castillo Interior. Ella agradeció muchísimo a Mercedes Rubio, quién la apoyó bastante con la traducción y para comprender ciertas nociones como “las potencias”, que finalmente ella tradujo como kojot nefech “las fuerzas del alma”, no en el sentido moderno de la expresión (recursos interiores para hacer frente a los problemas o resistir a las tentaciones), sino en el sentido de fuerzas espirituales que animan el alma. Kojot nefesh, término que ya fue utilizado en el mismo sentido por Maimonide: “Sobre el alma del ser humano y sus facultades”, entre las cuales la voluntad y la inteligencia.
La traductora terminó mencionando el Bastón de Sta. Teresa, que ella desearía ver!
¡Qué lástima! ¡Ese bastón de Fundadora estuvo en Tierra Santa en el mes de febrero! Pero podemos estar seguros que Santa Teresa no ha terminado su aventura y por tanto volveremos nuevamente a escuchar hablar de ella en hebreo!