La necesidad de Dios…

Existe, como subyacente, en la doctrina de San Juan de la Cruz, este impulso, esta necesidad de ir hacia Dios. Este es un punto que no suele mencionarse y que, sin embargo, me parece esencial. Hay un motor, es el aliento de Dios en el alma que quiere ir a Dios, que quiere alcanzar Dios a cualquier costo y que no se detendrá ante nada: es un movimiento que lleva a ir más allá, movimiento que realmente hace sobrepasarlo todo. (…)

Recientemente recordábamos, con universitarios, que San Juan de la Cruz no es sólo el Doctor de la “nada”, el Doctor de la noche; Él es sobre todo el Doctor del amor. Más bien, él es el Doctor de la noche sólo porque es el Doctor del Espíritu Santo y el Espíritu Santo exige esta “noche”.

¿Debemos comenzar a leer san Juan de la cruz? (…) ¿Por dónde empezar? Empieza por el final. Cuando recibes un libro, miras la portada e inmediatamente la tabla de contenidos. Esta es la buena manera de ver un poco lo que contiene. Comienza entonces por la “Llama de Amor viva”, allí encontrará las descripciones más elevadas de San Juan de la Cruz, las explicaciones más bellas de la gracia en tu alma, de tu gracia bautismal; evidentemente tú no podrás decir que conoces todo eso. Y al mismo tiempo encontrarás extendidos consejos bastante prácticos para la vida espiritual, especialmente para la dirección de tu alma.
(…)

San Juan de la Cruz es un autor que debe llegar a ser familiar para nosotros, no lo dejemos, no tengamos un terror santo: debería ser como un catecismo de la vida espiritual, en el que encontramos esparcidos sus principios. Al mismo tiempo, tiene la gran ventaja, un poco como el Evangelio, de recogernos interiormente y nutrir en nosotros esta sed y hambre de Dios. “

Extractos del libro “Juan de la Cruz, presencia de luz” del Padre Marie-Eugene del Niño Jesús

¡Feliz fiesta de San Juan de la Cruz! 

Dites à l’Esprit Saint que vous l’aimez, dites-lui : Esprit Saint, je t’aime !
On ne dit pas beaucoup, pas assez, à l’Esprit Saint que nous l’aimons. Nous le disons à Jésus, à la Vierge Marie …

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