Consecuencia de esta idolatría: es la ausencia de lluvia como una maldición divina (1 R 17,1) cuyos supuestos son dados al final del capítulo anterior (1 R 16). En efecto, la tierra don de Dios, ha sido profanada por el culto a Baal.
Cuando todo el pueblo de Israel reconoce por aclamación que sólo el Señor es Dios (1 R 18,39), la tierra dada por Dios a su pueblo, profanada por la idolatría y por tanto, privada de vida, estéril; puede entonces recibir nuevamente la bendición del cielo, la lluvia. Desde ahora, lo que era un obstáculo a la bendición, es levantado por la conversión de todo Israel a su Dios, después de la manifestación de la potencia divina contra los profetas de Baal. Elie, servidor de Dios será entonces reconocido como tal, por su habilidad para interceder y obtener la bendición divina, la lluvia.
La intercesión silenciosa del Profeta marca un doble aspecto característico de la fe de Israel: por un lado favorece el reconocimiento del único Dios y Señor y, por otro lado; confirma al profeta Elías en su misión, porque en su boca la Palabra de Dios es verdad (17,24).
La obstension de la lluvia require dos supuestos: Acab debe comer y beber, como anticipación de los bienes que produce la lluvia.
La intercesión silenciosa del profeta, simbolizada por su postura humilde y por la presencia de la nube comparada con la mano de un hombre, evocan concretamente la mano que se eleva al cielo en oración. Elías en postura de adoración y abandono a la voluntad de Dios, dirige su oración silenciosa…
La nube que asciende simboliza la oración escuchada y agradable a Dios. El salmista alude a la subida del incienso, comparando su oración con la elevación de las manos en la ofrenda de la tarde que sube hacia el rostro del Señor (Sal 141,2). Pero se necesita que el siervo suba 7 veces, 7 es el número de la perfección… La oración, necesita tiempo para convertirse en oración humilde y dependiente de Dios. Mas todavia, el hombre que ora necesita de tiempo, para que el Señor a traves de la oracion, lo disponga a recibir y a acoger todo como don…
Si la maldición, consecuencia de la idolatría, ha traído la esterilidad a la tierra y por lo tanto, impedido el buen uso del Don de Dios, que es la bendición; el cumplimiento de la humilde súplica dirigida a Aquel que sólo puede dar la lluvia, resuelve la tensión evocada ya desde el primer versículo del capítulo anterior: “¡Por la vida del Señor, el Dios de Israel, a quien yo sirvo, no habrá estos años rocío ni lluvia, a menos que yo lo diga!”. (1 R 17.1). La promesa del Señor se realiza por boca de su profeta. Elías aparece como el canal que permite pasar de la sequía a la lluvia, de la esterilidad a la fertilidad, de la muerte a la vida.
Comúnmente en la Biblia, el simbolismo del agua libre, regalo de Dios, evoca el don de la vida, la vida eterna. El regreso de la lluvia por intercesión del profeta Elías subraya la dimensión meretriz del agua, de la fe, de la vista y de la vida. Así, por ejemplo la curación del ciego de nacimiento (Jn 9) pone el “agua” en relación con el ver. El “ver de un ciego” que simboliza mas que el ver: el creer. Demanera que el discípulo enviado a Siloé y que comienza a ver, quiere decir que comenza a creer, a creer en Dios, como lo hizo el pueblo de Israel ante la manifestación de la potencia divina: “¡El Señor es Dios! ¡El Señor es Dios!”.(1 R 18,39).
En Cana (Jn 2:1-12), el agua se cambia en vino. El vino, es agua del cielo, dada por Dios, fuente de vitalidad, alegría. Por eso es necesario nacer del agua y del Espiritu (Jn 3,5) para entrar en el reino de los cielos y participar plenamente de la naturaleza divina.
El agua es tambien puesta en relación con la sangre sobre la cruz. Interpretación sacramental, agua y sangre en relacion al bautismo y la Eucaristía, sacramentos de vida. El agua es entonces signo y simbolo maternal de la vida. Uno comprende mejor a traves de estos dos elementos, la relacion entre el episodio de Cana y el agua y la sangre que inicialmente estaban contenidos en el cuerpo de Jesus, en la cruz por el golpe de la lanza del soldado (Jn 19,34) comienzan a correr libremente… El agua es el don libre y gratuito de la vida de Dios, igual que la lluvia lo fue en tiempos del profeta Elias.
En definitiva, podemos sintetizar la intercesion silenciosa de Elias diciendo que:
El pecado de un grupo puede traer consecuencias desastrosas para toda una nación; las faltas de un grupo de personas puede traer consecuencias perjudiciales e incalculables para una nación entera.
Que la idolatría constituye un obstáculo cierto para el despliegue de la vida, que se encuentra como esteril y sin futuro.
Que el combate entre el bien y el mal, termina siempre con la victoria del bien y que la última palabra de Dios es el don de la vida, en una manifestación absoluta de su soberanía y su bondad.
Que la bendición de Dios, simbolizada por la llegada de la lluvia después de la sequía en tiempos de Elías adquiere la plenitud de su significacion cuando la palabra de Dios se convierte en nuestro alimento cotidiano: mi alimento es hacer la voluntad de aquel que me ha enviado y cumplir su obra (Jn 4,34), asi como el profeta Elias fue fiel a la Palabra de Dios, para que por nuestra presencia el Senor sea todo en todos…
Padre Mateo ocd