« La federación es una estructura importante de comunión entre los monasterios que comparten el mismo carisma para que no se queden aislados » (1). Nuestra Federación de Monasterios de Carmelitas Descalzas de Medio Oriente y de África del Norte nació de la asociación de los cuatro Carmelos de Tierra Santa, a los que posteriormente se unieron el Carmelo de Fayum en Egipto, el de Alepo en Siria y el de Tánger en Marruecos.
Este año estamos felices de ver al Carmelo de Atenas unirse a nosotras. Aunque no sea, estrictamente hablando, del Oriente Medio, nos une el mar Mediterráneo, así como una afinidad de espíritu y tradición: el Carmelo de Atenas fue fundado por el Carmelo de Constantinopla en 1935 y se enfrenta a la misma situación que los carmelos de nuestra Federación, en un país donde la religión católica es minoritaria (Grecia es mayoritariamente ortodoxa). Nuestras comunidades son igualmente internacionales. Gracias a nuestro lugar como contemplativos en un entorno donde debemos dar testimonio más con el ser que con las acciones, tendremos mucho que recibir unas de otras y podremos ayudarnos mutuamente, que es la finalidad principal de las federaciones.
El Carmelo de Atenas (hasta ahora adscrito a la federación del suroeste de Francia) camina con nosotras desde hace varios años, ya que sor Monique, su priora en aquel momento, estuvo presente en nuestra asamblea de Chipre (2019) y de Ammán (2022)
En marzo de este año, el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica dio su aprobación al cambio de federación del Carmelo de Atenas.
Con gran alegría caminaremos juntas, compartiendo fraternalmente nuestras riquezas y preocupaciones. Nos reuniremos en septiembre de 2025, a la ocasión de nuestra próxima Asamblea Federal.
Con Nuestra Madre Santa Teresa estamos seguras que:
« Harta merced es de nuestro Señor…
Por eso traemos todas un hábito,
por que nos ayudemos unos a otros,
pues lo que es de uno es de todos. »
(carta del 31/05/1579 al monasterio de Valladolid)
(1) Constitución « Vultum Dei Quaerere » n°30
