Tú eres el espacio
que envuelve todo mi ser y lo encierra en sí,
abandonado de ti cae en el abismo
de la nada, donde tú lo elevas al Ser.
Tú, más cercano a mí que yo misma
y más íntimo que mi intimidad,
y aún inalcanzable e incomprensible,
y que todo nombre hacer renacer:
Espíritu Santo,
¡Amor eterno!”