La tarde de Pascua, el discípulo incrédulo fue invitado por el Señor Resucitado a entrar en el misterio de su misericordia, “avanza tu mano, y métela en mi costado…”, entra en el secreto de mi amor. En Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, es correcto hablar de amor “visceral”. Amor que viene del corazón como un sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y compasión, de tolerancia y de perdón.
En la Pascua, Cristo trae consolación a la humanidad, “en la experiencia plena y definitiva del amor de Dios, amor misericordioso que da alegría, paz y vida eterna”. Papa Francisco, audiencia general miércoles 16 de marzo de 2016
El próximo 3 de abril, segundo domingo de Pascua o domingo de la misericordia, será la oportunidad privilegiada para experimentar la ternura del Redentor, para magnificar el infinito amor de nuestro Dios, sobre todo en este año santo.
En este Jubileo dejémonos sorprender por Dios. Él nunca se cansa de abrir la puerta de su corazón para repetir que nos ama y quiere compartir con nosotros su vida. “Papa Francisco. Misericordiae Vultus Nº 25
Ya en una oración de la Vigilia de Pascua (después del 7 de Lectura) le pedimos a Dios “abre nuestros corazones a la inteligencia de tu misericordia: para que la consciencia de las gracias recibidas fortalezca nuestra esperanza en los bienes futuros”. Que en este tiempo de Pascua, sepamos aprovechar el flujo de tu Misericordia infinita para difundirlo entre todos los hermanos que nos rodean.