Fue un encuentro especial para nuestro Carmelo pues entre nosotras se hallaban presentes tres hermanas de Francia: Hna. Isabelle Federal Federación Toulouse-Burdeos, Hna. Véronique, representante de la Federación del Norte y Hna. Chantal representante de la Federación de Avignon-Lyon.
Tuvimos un hermoso encuentro fraterno y profundo al mismo tiempo. Lo cual nos permitió tocar, una vez más, la universalidad de nuestra vocación que nos sitúa en el corazón de la Iglesia y muy cerca de las alegrías y las esperanzas de los hombres sobretodo en este momento importante para la Iglesia en medio oriente a través de la visita del Santo Padre al Líbano y la entrega de la Exhortación Apostólica “Ecclesia in Medio Oriente”; y para la Iglesia universal, con la apertura del Año de la fe.
Nos gustaría destacar algunas palabras de Mons. Giacinto-Boulos Marcuzzo que nos han tocado de manera particular:
“No hay duda que la visita del Papa al Líbano podemos catalogarla de histórica. Es una fecha que pasará a la historia. Con certitud, podemos decir que marca un antes y un después para la Iglesia en Medio Oriente. Porque él ha recogido toda la experiencia de la Iglesia y las Iglesias de Oriente durante estos 20 años de historia. ‘
“La carta, Ecclesia en Medio Oriente”: Nos habla en primer lugar del nuevo Oriente Medio, ya que siempre debemos partir mirando la Iglesia en una situación muy concreta; a continuación, la segunda parte sobre la comunión al interior de la Iglesia; luego el testimonio de la Iglesia al exterior. No hay nada revolucionario, pero, justamente es eso lo interesante”. El Santo Padre “vuelve sobre los aspectos esenciales, fundamentales, verdaderamente básicos de nuestra vida cristiana y de nuestra historia. Hay algunas páginas hermosas sobre la vida consagrada basada en una profundización del bautismo. Luego, al hablar sobre la vida monástica contemplativa que de hecho ha nacido en Oriente, insiste en que no hay vida monástica y contemplativa sin los tres pilares que son: la Palabra de Dios, la comunión fraternal y el testimonio de la diaconía. Y debo decir que todos los obispos presentes en el sínodo (250) han insistido sobre la importancia de la vida de comunión fraterna en las comunidades contemplativas.”
El Santo Padre insiste sobre el aspecto pastoral de la vida contemplativa y la pertenencia a una “diócesis”. Es decir que, si bien los monasterios son de derecho pontificio, son también de derecho diocesano. Cada uno pertenece a una Iglesia local y los monasterios deben siempre tener un vínculo con la comunidad diocesana en la cual se encuentra el monasterio; este vínculo entre el monasterio y la comunidad que lo rodea es sin duda un punto sobre el cual el texto insiste notablemente. El Santo Padre dice: “Cualquiera que sea el estado canónico de vuestro Instituto religioso, mostraos disponibles para colaborar en espíritu de comunión con el obispo en la actividad pastoral y misionera”. Por supuesto, cada uno según sus estatutos, según su vocación. “La vida religiosa es una adhesión personal a Cristo, Cabeza del Cuerpo (cf. Col 1,18; Ef 4,15), y refleja el vínculo indisoluble entre Cristo y su Iglesia” ” No dejéis de responder a los interrogantes de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, indicándoles la senda y el sentido profundo de la existencia humana” continua diciendo el Papa… Ustedes, siendo contemplativas, no pueden ser indiferentes a las intenciones misioneras y apostólicas de la Iglesia”.
¿Por qué decimos que este acontecimiento permanecerá? Porque responde a las necesidades de nuestras iglesias. El Papa pone un gran énfasis sobre la sinceridad, la autenticidad, la verdad. Y ustedes saben cuánto todo ello es necesario en Oriente Medio. El Papa insiste constantemente sobre Cristo y sobre la Iglesia.
Mons. Marcuzzo destacó también la importancia del Año de la fe, “porque, para nosotros, el tema esencial es el tema de la fe. Tenemos una idea equivocada de la fe; somos cristianos por herencia, no es un compromiso. Sabemos que la fe es un don, pero también es una correspondencia del alma. ‘
Nuestra Iglesia en Oriente Medio necesita la savia oculta de nuestra vida entregada por amor. Caminamos en este momento de la historia de nuestra Iglesia en esta tierra, aceptando la interpelación del Santo Padre que nos invita a ” a responder a los interrogantes de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, indicándoles la senda y el sentido profundo de la existencia humana”. Ponemos toda nuestra confianza en Aquel que puede hacer grandes cosas con la pequeñez y vulnerabilidad de nuestra existencia.
(Carmelo de la Santa Familia)