Con las hermanas tambièn se encontraban el padre Abdo (asistente), Monseñor Jean Sleiman, arzobispo de los latinos de Bagdad, el padre Enrique, delegado de Israel, el padre Patrizio, delegado de Egipto, el padre Miguel Provincial de España, P. Raymond, Provincial del Líbano, P. Guillaume Provincial de París (y, por lo tanto, de Iraq).
Entre las conferencias y el intercambio grupal, discutimos muchos puntos:
• ¿Qué lugar ocupa el Carmelo en el Medio Oriente? Nuestra vida de unión íntima con Dios puede testificar que las relaciones son para la comunión, no para ninguna supremacía.
• ¿Cuál es la relación entre hermanos y hermanas en el Carmelo? una relación que nos ayuda a crecer. Uno no puede evaluar la relación de una persona con Dios, pero uno puede evaluar la relación de uno con los demás.
• ¿Cómo cuidar el carisma del Carmelo? Primero se debe vivir en él, con el incesante deseo de responder al llamado del Señor, entonces tendrá lugar un ascetismo místico, fraterno y gozoso. Realmente se trata de dejarse tocar y transformar por la mano de Dios.
• ¿Cómo caminar “juntos”? celebrando el recuerdo de nuestra vocación, buscando más calidad que cantidad, valorándonos. Es imposible buscar la perfección personal, sin contar con los demás, para sentirme más perfecto que los otros, es una falsificación del camino espiritual. Podemos hablar libremente y trabajar juntos para encontrar soluciones a los problemas.
• Hemos evocado varias veces el noviciado de Fray Juan de la Cruz entre las Carmelitas de Valladolid. Y nuestra Santa Madre no le enseñó sobre la oración… ¡sino sobre la mortificación, el estilo de la fraternidad y las recreaciones!
También fue un momento precioso para tratar de comprender mejor la situación geopolítica de esta región rica en recursos, en cultura, sin duda la más estratégica. Los conflictos se visten de religión, pero no son religiosos. Los problemas políticos y económicos subyacentes son bien conocidos.
Agradeciendo por este trayecto que hemos recorrido juntos, regresamos a nuestras comunidades con una visión ampliada del Carmelo en el Medio Oriente (Líbano, Siria, Iraq) e incluso Marruecos (Carmelo de Tánger en Marruecos) y la determinación de escuchar conjuntamente nuestro carisma para ser más fieles a nuestra misión.