Como siempre, las palabras del Papa son claras, simples, directas. No dudes de leer este texto, dándole la bienvenida como una carta dirigida a ti personalmente. Lo que interesa es que cada creyente discierna su propio camino y saque a la luz lo mejor de sí, aquello tan personal que Dios ha puesto en él (cf. 1 Co 12, 7), y no que se desgaste intentando imitar algo que no ha sido pensado para él. »(N ° 11)
En el Carmelo, tenemos otra razón más para hacer de ‘Gaudete et exsultate’ una lectura “comprometida”: los santos carmelitas son citados extensamente, son como convocados, a título de testigos del llamado a la santidad “en el misterio del proyecto único e inimitable que Dios tiene para todos “(170) y esto en el contexto de nuestras vidas más ordinarias.
Nuestra Madre Santa Teresa es citada en el n. ° 149 con su famosa ‘definición’: «la oración es tratar de amistad estando muchas veces a solas con quien sabemos nos ama». Al insistir -y esta fue la intención de Santa Teresa- en el hecho de que la oración, como un momento específico dedicado al faz a faz, no está reservado para unos pocos privilegiados.
San Juan de la Cruz es citado cuatro veces: en el n. ° 11 para iluminar cómo la vida divina se comunica de una manera siempre adaptada a cada uno, en el n. ° 117 en contrapunto a aquellos que pretenden dar lecciones constantemente, en el n. ° 141 sobre el camino hacia la santidad debe ser hecho en comunidad, de dos en dos, en el número 148, donde se recomienda vivir en oración continua porque de hecho no hay “santidad sin oración”.
Santa Teresa de Ávila y Santa Teresa de Lisieux son citadas entre las mujeres en las que el genio femenino se ha manifestado particularmente. Santa Teresa de Lisieux es citada tres veces más. En la n. ° 52, ella es la santa doctora de la Iglesia testigo de que la gracia es un regalo que nunca mereceremos: “en la tarde de esta vida apareceré ante Ti con las manos vacías…”. En el n ° 72, en el comentario de la segunda Bienaventuranza “Felices los mansos”: «la caridad perfecta consiste en soportar los defectos de los demás, en no escandalizarse de sus debilidades» finalmente en el n. ° 145, el Santo Padre cita ampliamente la historia que Teresa da de su servicio de caridad a la Hermana María de San Pedro y la felicidad que a menudo la invadía, como un anticipo del Cielo.
También se cita a Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein) en el No. 8: «En la noche más oscura surgen los más grandes profetas y los santos. Sin embargo, la corriente vivificante de la vida mística permanece invisible. Seguramente, los acontecimientos decisivos de la historia del mundo fueron esencialmente influenciados por almas sobre las cuales nada dicen los libros de historia. Y cuáles sean las almas a las que hemos de agradecer los acontecimientos decisivos de nuestra vida personal, es algo que solo sabremos el día en que todo lo oculto será revelado»
Con los santos del Carmelo y todos los demás, que nos extienden sus manos, nuestras armas, entremos con “valentía y fervor” en la misión que se nos ha confiado en nuestro Bautismo: nada menos que la misma santidad de Dios que Él nos ofrece y nos en comparte.
Para leer el texto de la exhortación: [enlace]